29 jul 2010

Breves Consejos para mejorar nuestra Alimentación

Si pretendemos mejorar nuestros hábitos alimenticios o bajar de peso, debemos saber que los nutrientes (es decir, las proteínas, los carbohidratos, las grasas, el agua, las vitaminas y los minerales que obtenemos de los alimentos) son sustancias que contienen energía química que el organismo pude utilizar, mediante una cadena de procesos metabólicos, para desarrollar sus funciones con normalidad.
También es importante saber que la dieta diaria debe incluir todos los grupos de alimentos, en la proporción correcta, y ser adecuada a la edad, sexo, tamaño corporal, actividad y estado físico de la persona.
Además de considerar lo anterior, es necesario cumplir algunas reglas de forma más o menos obligatoria si realmente deseamos controlar nuestro peso o mejorar nuestra composición o fisionomía.
  • Determinar claramente los objetivos a corto, mediano y largo plazoResultará muy difícil si no se define tiempos y objetivos. Estos deben ser, por supuesto, realizables; si los objetivos no son realistas, corre el riesgo de desmoralizarse al no poder cumplirlos. Tampoco deben de ser tan sencillos que no lo motiven.
  • Intentar incrementar el gasto de energía
    En este aspecto no sólo es importante el ir aumentando gradualmente la intensidad del entrenamiento, sino, tal vez más importante que ello es ser constantes y regulares en la actividad que se realice.
  • Ingerir agua en grandes cantidadesSin agua no se perderá peso. Si pretendemos controlar nuestro peso sin la cantidad necesaria de agua, perdemos el tiempo. El agua está presente en todos los procesos metabólicos, principalmente en el sistema circulatorio que es el encargado del transporte de O2, nutrientes desechos y, es fundamental en los esquemas de control de peso. Sin el agua suficiente, además, retendremos más líquidos sin generar una renovación del mismo. No significa que ganemos peso si esto ocurre, pero ganaremos volumen y resultará difícil perderlo.Necesitamos como mínimo dos litros de agua al día, siendo ideal el doble, más precisamente los días de entrenamiento. Recordemos que el agua regula la temperatura corporal, mantiene al cuerpo hidratado y se usa en procesos en los que nunca pensamos. Una buena manera de generarnos el hábito es llevar consigo siempre una botellita con agua y reponerla aunque no tengamos sed.
  • Intentar no ingerir líquidos mientras comemos
    Sí realizarlo en las cantidades deseadas hasta veinte minutos antes de ingerir el alimento. Esto se debe a que cualquier líquido que ingerimos mientras deglutimos provoca que los jugos gástricos se diluyan y pierdan su poder y efectividad para romper los alimentos en estructuras más pequeñas y digerirlos. Con esto permanecen más tiempo en el estómago, sentimos la sensación de “pesadez” y corremos el riesgo de que una buena parte se acumule en las paredes en forma de ácidos grasos. Luego de cenar dejar pasar media hora y continuar con la ingesta normal de líquidos.
  • Comer de forma equilibrada
    Intentemos no comer siempre lo mismo; esto le evita lo monotonía y disminuye la probabilidad de que existan carencias. Priorizar las verduras y las frutas. No dejar de lado las carnes rojas y blancas ya que nos dan un importantísimo aporte de proteínas y hierro. Las comidas muy saladas son poco saludables; las muy dulces también. El exceso de café y/o excitantes no es recomendable.
  • Comer frutas entre las comidas o antes
    Las frutas son ideales entre comidas con diferencias de una hora antes o después como mínimo. Esto se debe a que sin ser mezcladas con otros alimentos y/o líquidos se digieren más eficazmente brindándonos “energía rápida” y todas las vitaminas y nutrientes que nos aportan.
  • Evitar las galletitas y reducir las gaseosas y bebidas alcohólicas
    Recordemos que las galletitas tienen, en su composición, gran cantidad de grasas de origen animal (elevan el colesterol) que le da el sabor la consistencia. Esto ocurre también en muchas de salvado que dicen ser muy naturales. En su lugar preferir tostadas de pan lactal blanco o negro en cantidades moderadas.
    Las gaseosas, aunque nos anuncien que son light, tienen azúcar y gas que nos “hincha el estómago” y enlentece la digestión. El alcohol posee muchas calorías.
  • Diferenciar las calorías “buenas” de las “malas”
    Esto se refiere a no enloquecernos y centrarnos solamente en la cantidad de calorías que posee lo que consumimos sino en el origen de esas calorías. Citando un ejemplo sencillo es muchísimo más beneficioso para nuestro organismo consumir 180 Kcal provenientes de dos bananas cuyo porcentaje de grasas es de 0,2 % a ingerir una hamburguesa de 150 Kcal pero con un 19 % de grasas.

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